sábado, 9 de febrero de 2013

Celebrarán Aniversario de Mar del Plata y de la Muestra de la Reducción del Pilar

Celebrarán Aniversario de Mar del Plata y de la Muestra de la Reducción del Pilar


Diócesis de Mar del Plata, febrero 7, 2013.- El próximo domingo 10 de febrero, la Reducción de Nuestra Señora del Pilar ubicada a orillas de la Laguna de los Padres -Ruta 226, km 14,5- realizará un acto religioso cultural para celebrar el 139° aniversario de la fundación de Mar del Plata y el 45° aniversario de la inauguración de la muestra histórica de dicho lugar. Los festejos comenzarán a las 17 con la misa presidida por el Obispo de Mar del Plata, Monseñor Antonio Marino, luego habrá un espacio cultural con palabras alusivas, bailes folclóricos y una merienda.

Alberto Flügel, historiador y delegado diocesano para la Reducción del Pilar, explicó “cuando vino el primer Obispo a Mar del Plata, Monseñor Rau, al pie de la cruz de la Reducción, celebró la primera misa en lengua vernácula. Eso fue el 10 de febrero de 1968 y fue el día de la inauguración. Monseñor Marino ha querido volver a celebrar como Obispo, una nueva misa al pie de la cruz en la Reducción del Pilar. De paso también vamos a celebrar el día de Mar del Plata”.

La misa será a las 17 horas y luego habrá una alocución del Padre Daniel Ferrari, el último sacerdote que estuvo a cargo de la Reducción antes del actual, el Padre Enrique Pío. Posteriormente el Dr. Mario Caponnetto dará una alocución relativa a la tradición, habrá una merienda a la canasta y bailes folclóricos a cargo de la agrupación ‘El Estribo’, que preside el Padre Enrique” detalló Flügel.

El historiador marcó que este lugar forma parte de los orígenes de la ciudad, y por eso también manifestó la alegría de poder celebrar el mismo día el aniversario de Mar del Plata. “Este es el primer antecedente poblacional. La región donde se establece Mar del Plata en el 1828, son las temporalidades que dejaron abandonadas los jesuitas: el pueblo del Pilar y la estancia del pueblo que llegaba hasta la costa. Sobre todo eso, un señor llamado Ladislao Martínez funda la estancia que denomina ‘Laguna de los Padres’. Esta estancia tenía un puerto que es desde donde Patricio Peralta Ramos funda la ciudad de Mar del Plata. El lugar es el origen, son distintas etapas que se van relacionando en el tiempo”.

viernes, 1 de febrero de 2013

Hay que vender las Catedrales - José Ignacio de Arana Amurrio

Hay que vender las Catedrales
José Ignacio de Arana Amurrio


Es frecuente -y en ocasiones arrecia la polémica- escuchar a personajes, y sobre todo a personajillos, que a través de los distintos medios de comunicación manifiestan, con tono pontifical en sus palabras, que la Iglesia católica debería renunciar a sus riquezas patrimoniales para enjugar con ellas las necesidades de los muchos pobres que hay en el mundo. El tópico archimanido por estos espontáneos o seleccionados arbitristas de la pobreza es que con el valor de las obras de arte y las joyas que hay, por ejemplo, en el Vaticano o en cualquiera de nuestras Catedrales se podría subvenir a todas las carencias económicas que afligen a dos tercios de la humanidad. El argumento se adereza por lo común con apelaciones a la "pobreza evangélica" que caracterizó los primeros tiempos del cristianismo y con la opinión de que las riquezas acumuladas constituyen una traición al mensaje de Cristo y una "superestructura" que sólo beneficia a los jerarcas de la Iglesia. Estas manifestaciones suelen tener una estupenda acogida por parte de los rectores y presentadores de los distintos programas o medios en los que se proclaman y nunca, o casi nunca, una adecuada réplica.

Es curioso que la crítica vaya siempre dirigida contra la Iglesia Católica cuando la misma podría hacerse, sin variar apenas los términos, contra la ortodoxa griega que conserva sus hermosos templos de estilo y lujo bizantinos; o el Islam que multiplica la construcción de mezquitas tan majestuosas como la de Jerusalén, Casablanca o, sin ir más lejos, Madrid; o, ya puestos, contra el budismo cuyos templos y monasterios salpican el oriente de edificios cubiertos y forrados de oro y otros materiales preciosos. También es notable el empeño por querer retrotraer el cristianismo a sus primeros siglos de existencia: entonces no había, en efecto, grandes basílicas ni catedrales, pero porque los cristianos eran hombres y mujeres perseguidos a muerte que tenían que refugiar el culto de su religión en las catacumbas cuyos muros, por cierto, sí que adornaban cuanto les era posible como aún puede comprobar hoy el visitante de esos recintos primitivos; uno llega a pensar si quienes propugnan ese retorno a la pobreza no estarán también deseando un regreso a la persecución y la clandestinidad para nuestra Iglesia.

Pero, en fin, quizá lo anterior no valga para convencer a nadie y sólo prolongaría una estéril discusión. Por eso me voy a pasar por un rato al bando contrario, ustedes disculpen, a ver si ellos me convencen a mí. Para empezar, como una declaración de mi nueva postura proclamo solemnemente: ¡Hay que vender una Catedral, pongamos la de Toledo que para eso es la Primada de España, y repartir el dinero a los pobres!.

Tres cuestiones fundamentales habrán de ser resueltas: primero, hacer un inventario y una valoración a "precio de mercado" de los bienes; segundo, encontrar comprador o compradores para todos o la mayor parte de esos bienes; y tercero, el modo de efectuar el reparto del dinero conseguido.