sábado, 18 de junio de 2022

La Pulmonía en la Iglesia - Mons. Héctor Aguer

La Pulmonía en la Iglesia
Mons. Héctor Aguer


Profundo y veraz análisis de Mons. Aguer sobre algunos aspectos de la Iglesia hoy en día.


[InfoCatólica/ELCAMINO] El título de esta nota tiene origen en una imagen elocuente empleada por el Cardenal Africano Robert Sarah, que fue prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, «misericordiado» tan pronto como fue posible, sin escandalizar demasiado, jubilando un miembro de la curia romana. Su Eminencia, autor de libros de una profundidad teológica y una dimensión espiritual poco frecuentes, comparó la desastrosa situación actual de la Iglesia católica con la que debió enfrentarse Pío X: el modernismo, que el Papa Sarto describió, y condenó en la encíclica Pascendi Dominici gregis, y el decreto Lamentabili sane exitu: aquello, en comparación con los restos actuales del posconcilio, fue un simple resfrío. Me permito el atrevimiento de proyectar esa imagen: la Iglesia de hoy padece una severa pulmonía. Paso al análisis de los síntomas.

Actualmente, al menos según lo que se determina ex auctoritate superiori, no hay en la Iglesia ni kérygma, ni didajé. Quedan, sin duda, sobrevivientes de tiempos mejores, los Pontificados de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Pero en la intención «oficial», ya no se llama a la conversión a quienes están fuera de ella, ni se amaestra a los fieles que necesitan y desean crecer en la Fe. Temas fundamentales del Credo y la catequesis católica, han desaparecido de la predicación ordinaria: Dios en su Unidad, y Trinidad; Jesucristo, verdadero Dios, y verdadero hombre; la Redención; el pecado y la Gracia; los Mandamientos (el sexto, especialmente, es cosa del pasado); la Esperanza en la vida eterna; el demonio, y sus ardides; el peligro y la amenaza de una condenación eterna; y, en general, el contenido felizmente expresado en el Catecismo de la Iglesia Católica. Esas verdades debemos esperarlas, y recibirlas, de los pastores evangélicos; que no se avergüenzan de mostrarse cristianos, y proponen con celo el camino del seguimiento del Señor. Habrá que disculparles cierto fundamentalismo en la interpretación de la Sagrada Escritura (que conocen al dedillo); y, en algunos casos, una exaltación carismática que agobia un tanto. Pero, gracias a Dios, estos hermanos cristianos proclaman el mensaje del Reino (es una lástima que no tengan ni la Eucaristía, ni la Virgen María). Ejercen su ministerio a través de programas en los medios de comunicación, de los cuales la Iglesia Católica carece totalmente. No sé si son muchos los católicos que pasan al evangelismo; lo cierto es que las dimensiones de la Iglesia se achican en muchos países, concretamente, en la Argentina.

¿Qué es lo que hoy interesa a la predicación católica, de acuerdo con las orientaciones oficiales? Los «nuevos paradigmas»: mejorar la vida de la gente, en este mundo; el cuidado de la Madre Tierra; las injusticias sociales; el «cambio climático»; la deforestación de la Amazonia. En grandes líneas, digamos: los criterios de un Nuevo Orden Mundial, financiado por el imperialismo internacional del dinero. La Santa Sede, cede; en febrero de 2019 adhirió al documento sobre la Fraternidad Universal, firmado en Abu Dhabi. La masonería, de parabienes.