miércoles, 20 de julio de 2022

Apología del “Indietrismo” - Mons. Héctor Aguer

Apología del “Indietrismo”
Mons. Héctor Aguer
 

Los jóvenes en general se entusiasmaron con la posibilidad de participar de la Misa de siempre... las nuevas generaciones quedaron deslumbradas por una exactitud, solemnidad y belleza que desconocían... No hay pasado muerto, maloliente... es algo vivo, presente, perenne, que hemos de transmitir al futuro. Esa es la novedad y juventud del cristianismo”.


[EC] El progresismo, que hace una década ha sentado sus reales en Roma, critica una especie de populismo al revés. El manual del populismo indica que corresponde ganarse la confianza y la adhesión de los jóvenes. Pero sucede que estos desconfían de las desviaciones y aventuras progresistas, prefieren y aman la Tradición. Roma, entonces, los flagela endilgándoles con desprecio el neologismo “indietristas”; son los que miran “indietro”, y anhelan irse “detrás”, que sería mejor que el presente, y que el “progreso” de los progresistas. “Detrás” están las raíces, el Cenáculo y la Cruz, de los que surge la gran Tradición eclesial. Es interesante observar que los jóvenes en general se entusiasmaron con la posibilidad de participar de la Misa de siempre, como lo hizo posible, con gran sabiduría y celo pastoral, Benedicto XVI, quien estableció la forma extraordinaria del Rito Romano, en 2007, mediante su motu proprio Summorum pontificum. Sin duda, no fueron solo jóvenes quienes desde entonces adhirieron a la plurisecular celebración, en la que descubrieron el sentido del Misterio; pero, en particular, las nuevas generaciones quedaron deslumbradas por una exactitud, solemnidad y belleza que desconocían, y que no hallaban en la “celebración eucarística” inventada por el masón Annibale Bugnini, y su corte de especialistas.
         
El motu proprio Traditionis custodes fue una verdadera calamidad, que obliga a muchos sacerdotes y fieles a la desobediencia, considerada con comprensión (una especie de indulto) por los buenos obispos. Ese úkase papal, contrario a la sinodalidad tan pregonada, ha desautorizado la obra de los grandes pontífices San Juan Pablo II, y Benedicto XVI. “Tornare indietro”, paradojalmente equivale a “andare avanti”, ya que consiste en adherir a la Tradición que es siempre la misma, siempre nueva, no una pieza de museo, sino como una planta viva, según lo percibió y dijo, en el siglo V, San Vicente de Lerins: in eodem scilicet dogmate, eodem sensu, eademque sententia. El Papa no es dueño de la liturgia, para hacer de ella lo que se le ocurra, sino su servidor y custodio. Joseph Ratzinger explica muy bien esto en su Teología de la Liturgia.
         
Además de vituperar al “indietrismo”, Roma persiste en criticar a quienes utilizan “esquemas muy anticuados” ¡otra caricatura de la Tradición! Habría que “renovar nuestra forma de ver la realidad, evaluarla”. Se afirma, también, que “el único Concilio que algunos pastores recuerdan mejor es el de Trento”. Se dice que no es esto una “tontería”; es peor: una falacia, una burla.
         

sábado, 18 de junio de 2022

La Pulmonía en la Iglesia - Mons. Héctor Aguer

La Pulmonía en la Iglesia
Mons. Héctor Aguer


Profundo y veraz análisis de Mons. Aguer sobre algunos aspectos de la Iglesia hoy en día.


[InfoCatólica/ELCAMINO] El título de esta nota tiene origen en una imagen elocuente empleada por el Cardenal Africano Robert Sarah, que fue prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, «misericordiado» tan pronto como fue posible, sin escandalizar demasiado, jubilando un miembro de la curia romana. Su Eminencia, autor de libros de una profundidad teológica y una dimensión espiritual poco frecuentes, comparó la desastrosa situación actual de la Iglesia católica con la que debió enfrentarse Pío X: el modernismo, que el Papa Sarto describió, y condenó en la encíclica Pascendi Dominici gregis, y el decreto Lamentabili sane exitu: aquello, en comparación con los restos actuales del posconcilio, fue un simple resfrío. Me permito el atrevimiento de proyectar esa imagen: la Iglesia de hoy padece una severa pulmonía. Paso al análisis de los síntomas.

Actualmente, al menos según lo que se determina ex auctoritate superiori, no hay en la Iglesia ni kérygma, ni didajé. Quedan, sin duda, sobrevivientes de tiempos mejores, los Pontificados de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Pero en la intención «oficial», ya no se llama a la conversión a quienes están fuera de ella, ni se amaestra a los fieles que necesitan y desean crecer en la Fe. Temas fundamentales del Credo y la catequesis católica, han desaparecido de la predicación ordinaria: Dios en su Unidad, y Trinidad; Jesucristo, verdadero Dios, y verdadero hombre; la Redención; el pecado y la Gracia; los Mandamientos (el sexto, especialmente, es cosa del pasado); la Esperanza en la vida eterna; el demonio, y sus ardides; el peligro y la amenaza de una condenación eterna; y, en general, el contenido felizmente expresado en el Catecismo de la Iglesia Católica. Esas verdades debemos esperarlas, y recibirlas, de los pastores evangélicos; que no se avergüenzan de mostrarse cristianos, y proponen con celo el camino del seguimiento del Señor. Habrá que disculparles cierto fundamentalismo en la interpretación de la Sagrada Escritura (que conocen al dedillo); y, en algunos casos, una exaltación carismática que agobia un tanto. Pero, gracias a Dios, estos hermanos cristianos proclaman el mensaje del Reino (es una lástima que no tengan ni la Eucaristía, ni la Virgen María). Ejercen su ministerio a través de programas en los medios de comunicación, de los cuales la Iglesia Católica carece totalmente. No sé si son muchos los católicos que pasan al evangelismo; lo cierto es que las dimensiones de la Iglesia se achican en muchos países, concretamente, en la Argentina.

¿Qué es lo que hoy interesa a la predicación católica, de acuerdo con las orientaciones oficiales? Los «nuevos paradigmas»: mejorar la vida de la gente, en este mundo; el cuidado de la Madre Tierra; las injusticias sociales; el «cambio climático»; la deforestación de la Amazonia. En grandes líneas, digamos: los criterios de un Nuevo Orden Mundial, financiado por el imperialismo internacional del dinero. La Santa Sede, cede; en febrero de 2019 adhirió al documento sobre la Fraternidad Universal, firmado en Abu Dhabi. La masonería, de parabienes.

sábado, 30 de abril de 2022

¿Conferencia Episcopal? ¡Libertad de los Obispos! - Mons. Héctor Aguer

¿Conferencia Episcopal? ¡Libertad de los Obispos!
Mons. Héctor Aguer


Un caso que, en mi opinión, muestra hasta dónde puede llegar una Conferencia Episcopal, es el desvío de la ortodoxia dogmática, moral y disciplinar que protagoniza la Conferencia Episcopal Alemana”.


(InfoCatólica/ELCAMINO).- En otras oportunidades he criticado la actual organización eclesiástica centralizada, cuya pieza clave es el protagonismo local de las Conferencias Episcopales. Éstas han asumido un papel político, imitado de los parlamentos seculares. Hay, por lo general, una Presidencia y dos Vice, elegidas por mayoría de votos de los miembros obligados de la Conferencia. 

No existen partidos episcopales formalmente constituidos, pero no faltan los grupos que reúnen a quienes comparten una determinada eclesiología, y la misma opinión tanto sobre cuestiones intraeclesiales como sobre temas sociales y políticos del país; vinculados sin duda con la moral católica y la Doctrina Social de la Iglesia.

En estos parlamentos episcopales se verifica un orden análogo a los de orden secular: hay voz y voto (los eméritos pueden hablar pero no deciden nada), se pide la palabra, se la concede o no según las circunstancias, hay también mayorías y minorías, etc. Estamos acostumbrados a esta organización; no solo los fieles católicos, sino todos los ciudadanos –por lo menos aquellos a quienes interesa el eventual poder y la influencia de la Iglesia– que se informan, o más bien se «desinforman», gracias a ciertos periodistas que se dicen «especializados en cuestiones religiosas». La organización reseñada favorece cierto tipo de ejercicio de la autoridad en el interior de la misma.

La experiencia revela que existen, por ejemplo, oficialismos (todos sabemos qué significa este término: tendencia de apoyo al gobierno), y no faltan obispos de quienes se puede pensar –lo digo con todo respeto y aprecio– que, por su sencillez y carencia de un nítido y amplio pensamiento propio, se pliegan al «oficialismo» reinante. Quiero pensar que tampoco faltan quienes aprecian su libertad, intentan conservarla y ejercerla, sin desentonar en el conjunto, en el cual suele insistirse sobre la necesidad de la unidad. El «verso» de la unidad, típico de la poesía episcopal, puede recitarse con recta intención, sin prejuicios, y sin el mero propósito de mantener una cobertura, aunque ésta sea ajena a la realidad. Se esgrime muchas veces el ideal de la unidad para «correr con la vaina» y, así, «apretar» a los reticentes a apoyar cierta postura. Los eclesiásticos –pienso en los obispos– somos personas humanas, y cada uno es un mundo en el cual se entrechocan opiniones legítimas, defectos, posturas más o menos graves, cerriles e injustificadas, por supuesto, también auténticas virtudes, ¡faltaría más! Me atrevo a pensar que así ocurre «ut in pluribus»; entre los integrantes puede haber algún santo, por supuesto; ¡me imagino cuánto tendrá que sufrir! Podemos ser todos más o menos buenos, pero no es lo mismo que ser santos.

miércoles, 16 de marzo de 2022

A los Sacerdotes «Cancelados» - Mons. Héctor Aguer

A los Sacerdotes «Cancelados»
Mons. Héctor Aguer


Incluye Video -al final del post- de Monseñor Atanasio Schneider titulado “¡Es el Señor! Reflexiones sobre la Sagrada Comunión”.


Me dicen que así se los llama, con el horrendo calificativo que estampo como título de esta especie de carta. En buen castellano, cancelar significa «anular», «borrar de la memoria», «abolir», «derogar». Sinceramente, nunca hasta ahora había oído que esto ocurriría. Aventuro, entonces, una interpretación. El general Juan Domingo Perón, tres veces presidente de la Argentina, acuñó una fórmula que expresa, no sólo lo que él mismo practicó, con un cinismo difícil de igualar, durante sus accidentales períodos de gobierno, sino también una conducta raigalmente humana, ancestral (propia del «hombre viejo», según el Apóstol Pablo) observada en los más diversos regímenes políticos. La fórmula peronista reza: Para los amigos, todo; a los enemigos, ni justicia. Es asombroso; el peronismo, que ha tratado siempre de usar a la religión, se ingenió para dejar su impronta en la Iglesia Católica. Aunque resulte odioso después de tanto tiempo, no habría que olvidar la quema de las más antiguas y bellas Iglesias de Buenos Aires, en junio de 1955; y la desaparición bajo el fuego que abrasó la Curia Eclesiástica, del Archivo Histórico –o buena parte de él– que reunía documentos desde el siglo XVII. La policía del régimen cometió esta aberración, por supuesto con el guiño aprobatorio de Perón.

A quien no se considera amigo, por ejemplo a causa de diferencias doctrinales –en especial por el desacuerdo respecto del valor y actualidad de la Tradición eclesial–, o pastorales, o políticas (siempre opinables) se le niega la justicia; se puede afirmar entonces que se lo cancela. Conociendo la situación doctrinal y pastoral que se registra oficialmente en toda la Iglesia en los últimos años, hace una década –digamos– podemos pensar sin temor a equivocarnos –ya que se trata de muchos casos notorios–, que quienes han sido ganados por el relativismo o incurren en posiciones ajenas a la Tradición, cuentan con la simpatía oficial, son amigos. A propósito de la Tradición, hay que recordar que ella se actualiza constantemente, pero siempre igual a sí misma; es una Tradición viva. San Vicente de Lerins explicaba que el lenguaje ciertamente puede adaptarse, se puede decir nove, pero no se puede decir nova, o sea, introducir novedades ajenas a la inmutable Verdad. Existen fenómenos como el cisma inmanente del Sínodo alemán, ante el cual Roma calla, para confusión y escándalo de los católicos fieles. ¿A dónde llevará ese camino? Sínodo significa algo así como «hacer el camino juntos», ¿hacia dónde?

Pensando en el caso de tantos Sacerdotes cancelados, me permito abordar uno muy doloroso, el de la diócesis de San Rafael (Mendoza, Argentina). Resultó incomprensible la conducta del Obispo Monseñor Eduardo María Taussig; a quien siempre he estimado como hermano y amigo, y sigo estimándolo al presente, al decretar que –según lo indicaba el Estado a causa de la pandemia, y que todos debíamos por nuestras actitudes prevenir los contagios– que era obligatorio distribuir la Sagrada Eucaristía en la mano. En dos oportunidades, en conversaciones telefónicas originadas en llamadas suyas, le aconsejé que no se empeñara en mantener esa obligación, que contrariaba la disciplina vigente en la Iglesia, ya que ésta permite a los fieles que libremente comulguen de pie o de rodillas, en la mano o en la boca. Ocurrió todavía algo peor: la mayoría del Clero, que no aceptó aquella disposición del Obispo, fue sancionada, por lo cual se creaba una situación insostenible. No descarto que haya existido cierto componente ideológico en la oposición a la medida episcopal; resultan injustificables las marchas, manifestaciones hostiles contra la sede del obispado y otras reacciones de los laicos. Pero no comprendo cómo Monseñor Eduardo no se empeñó, con serenidad y amor, en hacerse entender; el ambiente creado semejaba el odium plebis, algo muy doloroso. El Obispo, en un caso así debe sufrirlo heroicamente, sin crispar su posición. ¿Fue la iniciativa de prohibir y oponerse algo decidido por él, o le fue indicado o sugerido ex auctoritate superiori? La situación de fuerza derivó en algo gravísimo, la clausura del Seminario Diocesano, y la dispersión de los numerosos formandos. ¿Qué tuvo que ver Roma en esta decisión?

lunes, 7 de febrero de 2022

La Peste Negra del Siglo XIV y los Mitos acerca de los Tratamientos - Marcelo Gustavo Imbrogno

La Peste Negra del Siglo XIV
y los Mitos acerca de los Tratamientos
Prof. Marcelo Gustavo Imbrogno


[FVN / CentroPieper / ElCamino] El próximo Jueves 10 de febrero, a partir de las 19hs, el Prof. Marcelo Gustavo Imbrogno disertará sobre “La Peste Negra del Siglo XIV y los Mitos acerca de los Tratamientos”. Organizado por la Agrupación “Fraternidad de Vida Nueva” y el Centro de Humanidades Josef Pieper, dicha disertación será en modalidad presencial -y con distanciamiento social- en el Multiespacio Cultural EL CAMINO, Santiago del Estero 3965 de Mar del Plata (Argentina), con ingreso libre de aranceles.

La Peste Negra apareció a mediados del siglo XIV y esta se extendió rápidamente por las regiones de la cuenca mediterránea y el resto de Europa. Entre el año 1346 y 1353 la también llamada Peste Bubónica produjo la mayor plaga de la historia de Europa y la más mortal de todas, llevándose consigo a cerca de la mitad de la población total de Europa. 

Puede ver esta Conferencia en forma gratuita, a través del Canal del Centro Pieper en YouTube, presionando el siguiente enlace:

O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


Marcelo Gustavo Imbrogno es Bioquímico por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Profesor Universitario en Ciencias Biológicas.