martes, 3 de febrero de 2009

La Ambigüedad de los Medios con la Iglesia - Mons. Héctor Aguer

La Ambigüedad de los Medios con la Iglesia
Mons. Héctor Aguer


Reflexión de Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, en el programa televisivo “Claves para un Mundo Mejor”, el sábado 18 de enero del 2003.


Cada tanto se oye hablar sobre la independencia real o presunta de los medios de comunicación. Digo real o presunta porque siempre queda flotando una duda: ¿se trata efectivamente de independencia o se trata de una declamación que se usa para reivindicar una irrestricta libertad de expresión?.

Cada tanto se hacen criticas al respecto y se dice que los medios, tal o cual, dependen de algún poder económico o de tal ideología que tiñe las noticias y los comentarios, aun en las cosas más banales. Me parece oportuno hablarles acerca de la ambigua actitud de los medios de comunicación respecto de las cosas de la Iglesia.

En general los medios aprueban aquellas intervenciones de los Obispos, desde el magisterio de la Iglesia, referidas a cuestiones políticas, económicas y sociales, en especial si se piensan que pueden ir o ser dirigidas contra el gobierno. Se elige la Doctrina Social de la Iglesia de acuerdo a la elección ideológica del medio en aquellos puntos que convienen destacar o silenciar.

Pero por otro lado todos tenemos experiencia de escuchar o de leer como se destacan con gran relieve aquellos hechos o enseñanzas que pueden parecer escandalosos y que pueden suponer que implican un desprestigio para la Iglesia. Esto suele servir para evocar tantas cuestiones que los periodistas suelen desconocer. En las cuestiones teológicas, filosóficas, disciplinares, se revela que hay una gran ignorancia respecto a la naturaleza de la Iglesia y de su misión.

Y luego, es bueno pensar en aquellos casos, que no son pocos, en los cuales se da una critica, acerba y burlona, cuando en las cuestiones de la Iglesia o la sociedad, los pastores tenemos que hablar, enseñar, acerca de aquellas verdades capitales para la suerte de la humanidad, para la sociedad misma y que pareciera que van a contrapelo de este mundo, donde el pensamiento único parece haberse impuesto definitivamente.

En esto podemos mencionar, como ejemplo, todo lo que la Iglesia enseña acerca de la sacralidad de la vida humana, el derecho a la vida desde la concepción, la indisolubilidad del matrimonio, lo relativo a la homosexualidad, la anticoncepción, etc. Cuando se enseña sobre esto, a quien lo hace, se lo silencia o se lo critica burlonamente como si se tratase de cuestiones medievales que hoy no están con los aparentes adelantos de la cultura y de las apetencias de un mundo nuevo.

En el fondo lo que pasa es que hay una idea falsa acerca de la Iglesia y de su misión. En general los medios de comunicación tratan a la Iglesia como si ella constituyera una gran ONG, una gigantesca ONG, cuya meta, cuya misión, cuya competencia seria lograr una vida mejor aquí en la tierra y mejorar la suerte temporal de la humanidad. Como imaginan este es el grave error. Sabemos que Jesucristo la instituyó para ocuparse de la salvación eterna de los hombres.

Así también se juzgan las intervenciones de los Obispos. Se nos reclama a nosotros que hablemos sobre cosas que nos superan a veces, por lo menos, en esos detalles más técnicos en cuestiones sociales, económicas o políticas. Debemos disertar sobre todo eso pero sin olvidar que muchas veces tenemos que decir algo, y hay mucho que decir al respecto, en los temas que puedan orientar a nuestros fieles para ofrecer nuestra contribución a toda la comunidad. Nuestra competencia es ocuparnos de las cuestiones internas de la Iglesia para resolver los problemas crónicos de la religiosidad criolla y del catolicismo argentino. Si nos ocupáramos mas de esto, y si tuviéramos algún éxito, yo estoy seguro que las cosas mejorarían en el país y, a todos, nos iría mucho mejor.



+ Mons. Héctor Aguer,
Arzobispo de La Plata





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