lunes, 22 de agosto de 2011

El Papa envía a 1,5 millón de jóvenes a anunciar a Cristo

El Papa envía a 1,5 millón de jóvenes a anunciar a Cristo


Madrid (España), 21 Ago. 11 (AICA).- Ante más de un millón y medio de jóvenes venidos de todo el mundo, Benedicto XVI celebró la “Misa de envío” que constituye el acto central de la JMJ. En su homilía, el Santo Padre predicó sobre la profesión de fe de Pedro acerca de la persona de Cristo, sobra la cual el Señor construyó su Iglesia. El Papa aseguró que “seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario”. Además afirmó que no se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, “no guarden a Cristo para ustedes mismos. Comunicar a los demás la alegría de su fe».

El Papa se dirigió a los jóvenes asegurando que “al verlos aquí, venidos en gran número de todas partes, mi corazón se llena de gozo pensando en el afecto especial con el que Jesús los mira. Sí, el Señor los quiere y los llama amigos suyos”.

El obispo de Roma afirmó que “ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible que alguien que vivió sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy?”.

Benedicto XVI recordó entonces la pregunta que hizo Cristo a sus apóstoles “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?“, y la respuesta de ellos “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”. "Es decir”, dijo el Papa, “se considera a Cristo como un personaje religioso más de los ya conocidos”.



Y ustedes, ¿quién decís que soy yo?

Pero, como recordó el Santo Padre, Jesús volvió a dirigirse a sus discípulos para preguntarles: “Y ustedes, ¿quién decís que soy yo?”. Pedro responde con lo que es la primera confesión de fe: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. “La fe”, declaró el Papa, “va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad”.

“Queridos jóvenes”, afirmó el Papa, “también hoy Cristo se dirige a ustedes con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: «Y ustedes, ¿quién decís que soy yo?». Respondan con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el suyo. Digan: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que diste tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone”.


Jesús y la Iglesia

“En su respuesta a la confesión de Pedro”, señaló Benedicto XVI, “Jesús habla de la Iglesia: «Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». ¿Qué significa esto? Jesús construye la Iglesia sobre la roca de la fe de Pedro, que confiesa la divinidad de Cristo”.

“Sí”, recordó el Papa, “la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como su Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo. La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza”.



No se puede seguir a Jesús en solitario

El Santo Padre señaló la necesidad de pertenecer a la Iglesia asegurando que “seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él”.

“Tener fe”, dijo el Papa, “es apoyarse en la fe de tus hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Les pido, queridos amigos, que amen a la Iglesia, que los engendró en la fe, que los ayudó a conocer mejor a Cristo, que los hizo descubrir la belleza de su amor”.

“Para el crecimiento de su amistad con Cristo”, advirtió el Santo Padre a los jóvenes “es fundamental reconocer la importancia de la gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios”.


Jóvenes misioneros

El Papa señaló que de la amistad con Jesús “nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no lo guarden a Cristo para ustedes mismos. Comuniquen a los demás la alegría de su fe. El mundo necesita el testimonio de su fe, necesita ciertamente a Dios”.

Benedicto cree que la presencia en Cuatro Vientos de jóvenes venidos de los cinco continentes “es una maravillosa prueba de la fecundidad del mandato de Cristo a la Iglesia: “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación”. También a ustedes les incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo en otras tierras y países donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes y, vislumbrando en sus corazones la posibilidad de valores más auténticos, no se dejan seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios”.






 
 
 

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