sábado, 21 de octubre de 2017

Católicos Sin Miedo; Políticamente Incorrectos [Incluye Video] - P. Christian Viña

Católicos Sin Miedo; Políticamente Incorrectos
[Incluye Video]
P. Christian Viña


“Católicos Sin Miedo; Políticamente Incorrectos” es un libro del P. Viña escrito “en tiempos en que lo políticamente correcto es ser dialoguista hasta extremos ridículos, incluso con los que de ningún modo quieren dialogar; o de ser comprensivos y tolerantes con todos menos con los Católicos fervientes, que siguen reconociendo como enemigos al mundo, al demonio y a la carne”. Al final del Post podrán ver la presentación de este libro realizada el pasado 9 de Octubre de 2017 en el Centro Cultural Guadalupano de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.


Queridos amigos y hermanos en Cristo:

Con enorme gratitud al Señor, Buena Noticia del Padre, comparto con ustedes información de la presentación de mi décimo libro “Católicos sin Miedo; Políticamente Incorrectos”; que tuvo lugar este lunes 9 de octubre, en la librería “Imagen y Palabra - Centro Cultural Guadalupano”, Bartolomé Mitre 1721, de Capital Federal. Habló sobre la obra el Dr. Rafael Breide Obeid, director del Centro; y Guido Solanas leyó el prólogo del filósofo platense Prof. Claudio Mayeregger. Finalmente, dije unas palabras de agradecimiento.

Dios me regaló la presencia de entrañables amigos: el Padre Isidro Cipres y otros Franciscanos de la Inmaculada; la reconocida escritora mendocina, Profesora María Esther Perea de Martínez, autora de varios libros sobre medios, adolescencia y valores; colegas periodistas como Luis Pedro Toni; Fernando Perfetti y otros miembros de la Editorial Santa María; y numerosos hermanos de distintas parroquias, y comunidades. ¡Una auténtica fiesta de fe y cultura!

En la contratapa del libro afirmo que “busca ser un franco tributo a todos aquellos creyentes, en especial los jóvenes, alistados en el «buen combate» (2 Tm 4, 7) y decididos a ser militantes de la Palabra y revolucionarios de la fe. Quiere retratarlos con pasión, para que cunda su ejemplo de batalla por Cristo Rey”.

jueves, 19 de octubre de 2017

¿Han Tenido Ustedes un “Encuentro Personal” con Jesús? [Primera Parte] - Pedro Luis Llera

¿Han Tenido Ustedes un “Encuentro Personal” con Jesús?
[Primera Parte]
Pedro Luis Llera


Encontrarse con el Señor, unirse a Él íntimamente, implica aceptar la santa Doctrina de la Iglesia: su Credo, su Moral, sus Sacramentos…


Todavía recuerdo que, cuando era pequeño, me llevaron a la catequesis de primera comunión a “aprender el Catecismo”: el Credo, el Padre Nuestro, los Mandamientos de la Ley de Dios, los de la Santa Madre Iglesia, los Sacramentos… Aprendíamos a conocer la fe de la Iglesia. Y después de dos años, cuando ya sabíamos el Catecismo (nunca antes), hacíamos la primera comunión: ya estabas preparado para tener “un encuentro personal con Cristo”, realmente presente en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el Santísimo Sacramento del Altar. Yo tuve mi primer “encuentro personal con Cristo” a los siete años. Y desde entonces, cada domingo, cada día que asisto a la Santa Misa tengo un “encuentro personal” con mi Señor. ¿Ustedes no?

¡Qué diferente es la percepción de los modernistas! “Un año fui a un retiro (ejercicios, convivencias, etc.) donde sentí muy cerca la presencia del Señor: tanto que lloré de emoción ¡Qué bien predicaba el cura! ¡Cómo nos emocionábamos cuando nos abrazábamos para darnos la paz! Es que llorábamos todos y hubiéramos querido que no acabara nunca aquel retiro (ejercicios, convivencias, etc.). Pero luego, vuelves a la vida ordinaria y, como ya no sientes lo que sentías en el retiro (ejercicios, convivencias, etc.), pues dejas de creer y ya no asistes ni a misa. Porque lo importante de la fe, claro está, es que tú sientas y te emociones en la oración; que llores mucho y notes esa efusión incontenible de sentimientos desbordados. Pero como ahora ya no siento nada, ya no creo. Es que cuando voy a Misa me aburro”.

Para los modernistas, la fe es un sentimiento, una experiencia de interioridad, un encuentro personal con Jesús (pero a su manera). El problema es que a Jesús no siempre lo siento en mi interior… Si pudiera verlo junto a mí… Si pudiera sentirlo dentro de mí a cada instante… Los modernistas consumen experiencias compulsivamente. Muchos de ellos son verdaderos adictos y a algunos les da igual ir a unos ejercicios ignacianos que a un retiro budista. Van de retiro en retiro, de peregrinación en peregrinación, de convivencia en convivencia… Siempre en busca de experiencias, de sentir en lo profundo la presencia amorosa de una transcendencia misteriosa. Porque hay que sentir y tenemos que tener muchas experiencias. Sufren estos modernistas de una inflamación emotivista que busca sensaciones fuertes y descargas de adrenalina y de endorfinas espiritualoides. Eso es a lo que ellos llaman “tener una experiencia de encuentro personal con Jesús”.

miércoles, 4 de octubre de 2017

La Devoción a San Francisco de Asís del Padre Pío de Pietrelcina - P. Gerardo Di Flumeri

La Devoción a San Francisco de Asís del Padre Pío de Pietrelcina
P. Gerardo Di Flumeri


«Yo he cumplido mi parte: la vuestra os la enseñe Cristo»
San Francisco de Asís (2 Cel 214)


El Padre Pío tuvo una devoción especialísima a San Francisco, cuyo nombre llevó desde el nacimiento, quizás porque llegaría un día a ser copia exactísima del mismo.

Al responder a la llamada divina, el venerado Padre dijo: «Señor, ¿dónde podré servirte mejor que en el claustro y bajo la bandera del Poverello de Asís?» (Epist. III, 1007).

Con frecuencia tuvo visiones celestes en las que se le aparecía el Seráfico Padre. Un día, refiriéndose a una de ellas, dirá: «Jesús, la Mamita, San José y el Padre San Francisco están casi siempre conmigo».

Entre las devociones para practicar diariamente, anotadas en los «Fragmentos de Diario», el Padre Pío, entre otras cosas, escribió: «Novena al Padre San Francisco» (Epist. IV, 986).

El nombre de San Francisco aparecía casi siempre en las siglas con las que encabezaba sus cartas y, con frecuencia, en el cuerpo de las mismas. Durante muchos años celebró en el Altar de San Francisco, en la antigua iglesita del convento.