Un Conservador es un Progresista que camina más despacio
P. Ildefonso de Asís
“La dialéctica «progre/conservador» de la Iglesia es realmente una farsa de gestos formales, y poco o nada más”
[AdelantelaFe/ELCAMINO] Aludo al gran escritor Chesterton, anglicano que se convirtió al catolicismo, fallecido en 1935 y con una increíble visión de futuro en sus obras literarias en las que, con gran ingenio y capacidad analítica, nos adelanta a inicios del siglo XX lo que ya es trágica realidad en el siglo XXI. Su libro titulado “¿Por qué soy católico?” es una obra magistral que se aconseja leer sin prisa y sin pausa. Extraigo de la citada obra tres ideas que merece la pena advertir:
“Un conservador es un progresista que camina más despacio hacia los mismos objetivos”. Esta frase puede aplicarse igualmente a la política como a la teología. En España, por poner un ejemplo evidente, los dos principales partidos políticos han sido y son calificados como progresista (PSOE) y conservador (PP). Cuando gobiernan los primeros llevan su agenda ideológica marxista a sus máximos efectos legales y de imposición cultural. Cuando gobiernan los segundos manifiestan, en principio, su formal oposición a esas leyes para en seguida ir aceptándolas, manteniéndolas y atacando con furia a los que, sencillamente, les recuerdan su programa electoral. El caso del aborto legal en España es una demostración contundente (con mayoría absoluta, el PP mantuvo la ley genocida).
Si vamos a la teología constatamos el símil que se hace más firme cuando más tiempo pasa desde el Concilio Vaticano II. La jerarquía eclesiástica progre va, gradualmente, aniquilando la tradición en todo ámbito (liturgia, sacramentos, pastoral, catequesis, enseñanza… etc) y los llamados movimientos “conservadores” (que no es necesario nombrar) se oponen, si, en un principio, a los cambios destructores pero poco a poco los van aceptando aunque la doctrina no cambie (pero si la praxis) y quede reducida a documento de vitrina cuyo cristal es transparente pero nunca se abre para conocerlo y, menos aún, enseñarlo. Los conservadores son, en verdad, progres de “fondo” aunque no sean de “velocidad”.