La Virgen de Luján, Patrona de la Argentina
Mons. Héctor Aguer
Reflexión del Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, en el programa “Claves para un mundo mejor”, en su emisión del sábado 8 de mayo del 2004.
Mons. Héctor Aguer
Reflexión del Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, en el programa “Claves para un mundo mejor”, en su emisión del sábado 8 de mayo del 2004.
Amigos, hoy 8 de mayo, es la Fiesta de Nuestra Señora de Luján. No podemos ignorar que hoy es el gran día de la Patrona de los Argentinos y por eso quiero ocupar estos minutos con ustedes recordando algo de la historia de Luján.
Un portugués de Sumampa, Antonio Faria de Saá le pidió a un amigo suyo residente en Brasil que le enviara una imagen de la Pura y Limpia Concepción y éste le envió dos que llegaron a la zona del Plata. Seguramente conocen la historia del carretón y del milagro, eso que llamamos sí, sencillamente el milagro: una de esas imágenes, así lo entendemos, porque así lo entendió la gente sencilla de ese 1630, quiso quedarse allí junto al río de Luján.
En ese momento se la depositó en una estancia, la estancia de Rosendo, donde recibió un culto algo privado durante cuarenta años. Luego la estancia cayó en el descuido y doña Ana de Matos la llevó a su propiedad no lejos de allí y muy cerca del sitio actual. Así comenzó a recibir un culto público tal que aquel lugar de doña Ana se convirtió en el inicio de la famosa Villa de Luján de la cual, la fundadora, como seguimos creyendo y diciendo nosotros, ha sido la Santísima Virgen, hasta que en 1871 comenzó la edificación de la actual basílica.
Me gustaría hoy subrayar el titulo de Nuestra Señora de Luján: la llamamos la Virgen de Luján pero es una imagen de la Pura y Limpia Concepción y lo destaco pues este año se cumplen 150 años de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de Maria.
¿Y qué significa la Inmaculada Concepción? Significa que la Santísima Virgen desde el primer instante de su existencia personal estuvo exenta del pecado original que nos afecta a todos nosotros congénitamente.
Hablar de la Inmaculada, de la Pura y Limpia Concepción, implica evocar un mundo nuevo, significa la Inmaculada claridad, esplendor, integridad, hermosura, novedad. Ella es el principio de un mundo nuevo porque la gracia de Cristo Redentor se anticipó para dárnosla como Madre limpia de todo pecado y llena de gracia
Quiero terminar leyendo un pasaje de un excelente libro de Mons. Juan Antonio Presas, un especialista en la historia de Luján, que nos habla sobre el sentido de que la Virgen de Luján y su imagen sea la imagen de la Pura y Limpia Concepción.
Dice Monseñor Presas que "Al quedarse la virgen María con tanta insistencia y a pesar de tantos esfuerzos para moverla en su imagen de la Purísima Concepción y en un lugar tan determinado enseñaba a los pueblos del Plata que ella quería que formásemos en nosotros al hombre libre -porque el pecado es esclavitud-, al hombre nuevo, la criatura nueva, la ciudad nueva, la patria nueva según la mente de Dios...".
Hoy debemos pedirle a Nuestra Señora de Luján que podamos llegar a esa patria nueva según la mente de Dios.
+ Mons. Héctor Aguer,
Arzobispo de La Plata
Arzobispo de La Plata
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