¿Es Posible Definir el Arte?
Rodolfo Papa
Columna sobre Arte Cristiano del Pintor Italiano Rodolfo Papa, quien es también Profesor de Arte y Estética en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma.
ROMA, martes 5 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- ¿Qué es el arte? Frente a esta pregunta, viene a la mente la situación descrita por san Agustín en el libro XI de sus «Confesiones» a propósito de la pregunta “¿qué es el tiempo?”: si no me lo pregunto lo sé, si me lo preguntan no lo sé. Se siente la necesidad de definir el significado del término, aunque al mismo tiempo se advierte una dificultad definitoria. De hecho, circunscribir el significado del arte excluiría, quizás, novedades y experimentaciones, o al contrario, mantenerlo fluido y susceptible de infinitas interpretaciones anularía, quizás, su identidad.
En la teoría del arte conviven posturas diversas: intentar definir y analizar hasta el agotamiento de cada interrogante; o bien renunciar a una definición frente a la proliferación de las preguntas; o incluso identificar el arte sólo con uno de sus aspectos: una disciplina particular, una corriente particular, una época histórica particular.
La cuestión es difícil, y para ser afrontada requiere aclaraciones prioritarias. Intentaremos sólo trazar un recorrido posible, sobre todo delineando sus tareas. Ante todo, ¿qué quiere decir “definir”? Definir significa explicar “qué es”, y por tanto implica el conocimiento, aunque no sea exhaustivo, de lo que se define; además definir no significa constreñir una realidad dentro de una palabra, sino al revés, buscar un discurso que sepa decir la misma realidad. Por tanto, no hay que tener miedo de las definiciones, como si fueran prisiones. Además, las definiciones pueden ser de muchos tipos, según el objetivo y el tipo de conocimiento que se quiere o se puede conseguir. Se puede definir el “nombre” o también el “objeto”. En el primer caso estamos frente a una definición nominal, que puede a su vez consistir en la etimología, en la explicación del uso común del término, o bien en la especificación de usos particulares, relativos a un contexto o una persona. En el segundo caso, nos encontramos frente a una definición “real”, que puede consistir en la explicitación de las causas y de los principios, o también en la determinación de género y diferencia específica, o también puede diluirse en una descripción.